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miércoles, 1 de diciembre de 2010

El Día Retro



Un curioso evento tiene lugar mañana 2 de diciembre en la Universidad Católica: El Día Retro. Hasta donde sé, es la segunda vez que se lleva a cabo... y bien, no es un evento en el sentido formal: no tiene inuguración, orador de orden, actos protocolares ni ceremonia de clausura. Es sólo un día dedicado a que, principalmente los estudiantes, recreen el espíritu estudiantil de décadas pasadas. El año pasado la promoción era bastante más profusa y variada que la de este año: además de las fotos promocionales, se fijaron carteles con símbolos clásicos de otros tiempos: en particular me llamaba la atención el dibujo de un diskette de 5 1/4".

En términos culturales, la iniciativa luce interesante y divertida. Aunque el año pasado sólo quedó en algunas personas, sobre todo muchachas, que centraron lo Retro en los años 60s del siglo pasado, sobre todo se centraron en algunos elementos de la moda hippie: diademas y sandalias. Sin embargo, el dibujo del diskette prometía bastante, y el año pasado pensé que un día retro debería ser más inclusivo, y tocar otros aspectos de la cotidianidad de hace décadas. Concretamente pensé que un verdadero Día Retro debería incluir:

- Pasar el día sin utilizar elementos que hoy damos por sentado: celulares, cajeros automáticos, computadoras.
- Música de otras décadas. Los más elaborados podrían hacerse con un plato y discos de vinilo. Los más creativos podrían recurrir a una guitarra y atreverse a tocar algo que se relacione con el día.
- Más allá de la música, los aficionados a otras formas de expresión artística podrían manifestarse en torno a la temática: dibujo, teatro, artesanía.
- No hay que limitarse a lo estético. Podrían intentar un día estudiantil tal como lo vivían los antiguos pobladores del campus: Sin calculadoras avanzadas, podrían, los que puedan, atreverse con aquellos armatostes de pantallas negras y números luminosos. Los más geeks seguramente querrán entrar al ignoto universo de la Regla de Cálculo. El reto máximo sin duda sería elaborar un sencillo trabajo de investigación sin recurrir a Google; redactarlo a mano o con máquina de escribir (aquí averiguarán por qué se inventó el Tipp-ex); y el mayor reto: elaborar las ilustraciones con el sudor de sus frentes.

Por supuesto, hay libertad absoluta para no quedarse en la estrecha banda de los años 60s. A muchos les parecerá tortuoso y depiadado, pero no creo que vayan a sufrir más de lo que se sufre en un Reality Show. Y lo mejor es que, como Día Retro, será más divertido de recordar.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Música Clásica

Idea surgida de una conversación con mi amigo Johann Fernández.

Oigamos esta pieza musical (si no desea oírla toda, no importa, sirve que se oigan los primeros acordes):



Es el tipo de música en la que se piensa cuando se escucha o lee la expresión música clásica. Es decir, música que tiene más de cien años de escrita, y que se toca con una orquesta enorme integrada por sujetos vestidos de frac. No falta quien encuentre aburrida esta música, pero esa ya es otra cuestión.

Oigamos ahora esta otra pieza:


Puede que les guste, puede que no, pero es bastante claro que la versión de "La Mora" que interpretó Rubén Blades es una pieza también clásica. Es decir, que forma parte de nuestra cultura musical, y para muchos de nosotros es agradable oírla sin importar los años que tenga de haber sido grabada. Hay piezas salseras que se pusieron de moda en los años de la salsa brava, y hoy día no son tan reconocidas, con excepción quizá de los especialistas del género.

Como clásica es también esta canción:



Tres piezas de música clásica. En lo personal, descubrí el valor de la música de Mozart mucho después de conocer la salsa o a Los Beatles (de hecho, la pieza musical más vieja de la que tengo memoria es "La Murga" que interpretaba Willie Colón).

Y así, cada uno de nosotros tiene una lista más o menos larga de piezas musicales que considera clásicas. Y mejor aún, mucha gente alrededor de nosotros también cree que son clásicas. Esta lista se puede complementar con libros, películas y otras cosas que se entienden como clásicas. Por ejemplo, a mí me parece clásico un programa de TV llamado Síntesis, que se transmitía en el canal 5 cuando era la desaparecida Televisora Nacional. También un programa de radio que se transmitía por Radio Capital, conducido por César Miguel Rondón e Iván Loscher, llamado La Flor en el Ojal.

Piensen Uds. en su propio conjunto de clásicos. Quizá se sorprendan gratamente.

lunes, 26 de abril de 2010

Letras Sesentosas



La imagen muestra un poster del artista Víctor Moscoso, en relación con tres conciertos que tuvieron lugar los días 24, 25 y 26 de febrero de 1967 en el Auditorio Fillmore de San Francisco, donde se presentaron Otis Rush y la Chicago Blues Band, The Canned Heat Blues Band, y la famosa agrupación Grateful Dead.

Pero no soy muy conocedor de las respectivas virtudes de los músicos que se presentaron. Lo que me interesa es el afiche; o con mayor precisión, la tipografía del afiche. Esta responde a una manifertación de la estética psicodélica, consistente en deformar las letras de modo pronunciado, retorciéndolas y combinando colores para dar la impresión de una imagen sacada de un sueño o una alucinación. Se lograban imágenes complejas y hermosas, que en muchos casos se han convertido en clásicos de la época, pero los textos eran terriblemente difíciles de leer.


La estética de tales tipografías se extendió hasta bien entrados los 70's, y aunque tales afiches se suelen asociar a la música y en general a la cultura anglosajona, algo de esta expresión gráfica se filtró a la cultura hispanohablante, como se aprecia por ejemplo en la carátula del disco de Fania All Stars: Live at the Cheetah, donde el tipo de letra abigarrada y la elección de colores recuerda ligeramente algo del estilo psicodélico.

Parece que el Auditorio Fillmore, y en general la ciudad de San Francisco, tenían una condición icónica dentro de la cultura sesentosa, como se observa en el tributo que se le rinde en la película Cars, de Pixar/Disney: una furgoneta Volkswagen de las que se veían en los sesentas, con un carácter marcadamente hippie, se llama Fillmore. Y Fillmore es también el nombre de un juego de letras para tipografía, inspirado en el estilo de esos afiches de los 70s.




Lo cual nos lleva a una forma de expresión tipográfica que tuve ocasión de ver y dibujar profusamente en los 70's; era parte de un código expresivo de la época, que incluía el vestir, la música y el lenguaje. Que los adolescentes de aquellos días usaban para comunicar sus ideas al mundo, y que los más chamos imitábamos porque parecía emocionante. Habría que darle un nombre a esa tipografía.

Dibujar letras es una de las facetas más interesantes del dibujo, aunque hoy día haya programas que permiten grandes variaciones en cuanto al juego de caracteres. Pero a muchos de quienes nos gusta dibujar la cosa es un gran entretenimiento, y creo que no dejaremos de dedicarnos a las letras... literalmente.